¿QUÉ ES ROBÓTICA?

El origen del término robot proviene de una palabra checa (robota = trabajo en checo) y fue usado por primera vez en 1921 en una obra teatral del autor checo Karel Capek.
Nosotros ampliamos estos conceptos para indicar que el título de esta obra fue “Rossum´s Universal Robots” y en ella el autor describe cómo un ejército de máquinas con forma humana fue creado por unos científicos para reemplazar el hombre en tareas y trabajos como esclavos del hombre.
Sin embargo estas máquinas, los “robots” se sublevan y luchan contra el hombre. La obra teatral es muy dramática, pero deja ver cómo la extrapolación de este concepto del trabajo realizado por máquinas pensantes puede llevar a los conflictos más curiosos.
La ciencia-ficción no pudo quedar ausente de este planteo y el bien conocido autor del género, Isaac Asimov, incluyó en una de sus obras las leyes que debían regir los robots. Sus “Androides pensantes” debían obedecer las siguientes tres leyes:

1. Los robots no deben en caso alguno lastimar a los seres humanos, ni por su acción, ni por su inacción.

2. Los robots deben obedecer a los humanos, salvo cuando la orden viola la primera ley.

3. Los robots deben protegerse, salvo cuando este hecho contradiga la primera ley.

Las leyes de Asimov son desde luego muy importantes bajo el punto de vista literario y como meta filosófica, pero como hasta ahora ningún robot entra en la categoría de “androide pensante”, habrá que esperar hasta que esto suceda para ver si estas leyes realmente se cumplirán.

El personaje del robot fue usado también en el cine desde hace muchos años, como por ejemplo la androide María en la película “Metrópolis”, de Fritz Lang de 1926. Este personaje representaba lo que la gente en general pensaba del aspecto de un robot.
Ahora bien, aun cuando el nombre de “robot” data de apenas 1921 y se refiere a un aparato de aspecto humano que puede ejecutar ciertas tareas de forma similar a cómo las haría una persona, el concepto del mismo es conocido desde hace varios siglos. Siempre se combinaba el aspecto humano del mismo con alguna función típica del ser humahumano, realizada por este artefacto en forma automática. Mitos ancestrales describían estatuas caminantes y otras maravillas en forma humana o animal. Estas figuras se llamaban “autocamión” y fueron muy populares como relato misterioso, no siempre basado en la realidad. En algunas iglesias europeas medievales existían relojes con personajes y muñecos que efectuaban algunas tareas vistosas, reproducían música, etc. También en la China antigua existían muñecos del tipo “automaton”.
En el siglo XVIII existían varios autómatas famosos, algunos construidos por un artesano suizo, Pierre Jacquet- Droz, que podían hacer dibujos simples, ejecutar piezas musicales en un órgano en miniatura o cumplir con otras simples funciones de entretenimiento. Conviene tener presente que muchos de los dispositivos similares de los tiempos modernos cumplen sólo este tipo de función de entretenimiento, sin valor real de trabajo útil, aun cuando pueden estar dotados de grandes novedades tecnológicas con control remoto por radio, etc.
Los robots modernos cumplen tareas y rutinas repetitivas en líneas de montaje, muchos desarrollados en consecuencia y a causa de la revolución industrial. La tendencia es la automatización de muchos procesos industriales a través del desarrollo de máquinas más versátiles que no requerían el proceso de entrenamiento que necesita el ser humano y que pueden ser ubicados en ambientes hostiles para el hombre, por ejemplo en ambientes de altas temperaturas o en lugares expuestos a la radiación atómica. El uso de robots en minas bajo tierra, bajo las aguas profundas del océano o en la luna o en Marte, es sólo una ampliación de este concepto.
A este tipo de desarrollo contribuyó, sin duda, el nacimiento de la computación y de otros tipos de conceptos que se conocen como inteligencia artificial (AI).

La Inteligencia Artificial

Este término fue discutido durante siglos en las más diversas acepciones y por los más ilustrados científicos y filósofos.
En 1637, el filósofo y matemático francés René Descartes (1596 – 1650) predijo que nunca sería posible crear una máquina que pudiese pensar como un ser humano. Este ilustre pensador fue el creador de la geometría analítica y de la óptica geométrica y en sus trabajos filosóficos pronunció la celebre frase: “Cogito, ergo sum”, (pienso, luego existo), que fue la base de muchas innovaciones en el mundo de la filosofía. En contraposición con este pensamiento existe aquel otro de Alan Mathison Turing (1912 – 1954), conocido matemático y pionero de la computación, en el cual predijo en 1936 las futuras máquinas computadoras. La máquina de Turing fue la base de muchos desarrollos que se pudieron realizar recién mucho más adelante, cuando la tecnología del estado sólido hubo llegado a su pujanza arrolladora. Para dar una idea de las actuaciones de Turing podemos mencionar que fue él quien intervino en el proyecto Ultra que permitió descifrar el código militar alemán durante la segunda guerra mundial. Después de la guerra formó parte del grupo que en 1948 desarrolló la primera computadora en la Universidad de Manchester. Sus teorías inspiraron a otros científicos quienes realizaron en 1956 la primera conferencia de AI (inteligencia artificial) en la Universidad de Dartmouth.
Posteriormente, se creó un Laboratorio de AI en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (M.I.T.) con la intervención de otros partidarios de las ideas de Turing, los Doctores John McCarthy y Marvin Minsky. El primero de estos investigadores inventó el primer lenguaje de computación, LISP, para sus equipos, pero aún faltaba mucho para lograr los propósitos de la AI.
Uno de los experimentos de Turing fue el “Turing Test” para comprobar la eficiencia de la AI con respecto a la inteligencia del ser humano. El Test de Turing consistía en lo siguiente:

Colocar una persona en una habitación y un robot en una segunda habitación. A la vez en una tercera habitación se encuentra un interrogador, quien efectúa preguntas al hombre y a la máquina. Cuando las respuestas de ambos son tales, que el interrogador no puede distinguir entre hombre y máquina, la inteligencia artificial ha llegado a un punto de similitud humana.

Una de las bases para la AI es la capacidad del procesamiento en paralelo, que es la forma en que funciona el cerebro humano. En computación se empieza a usar este concepto en una medida cada vez más avanzada, pero no se ha llegado aún al estado necesario para simular el cerebro humano. También falta incorporar otros términos: Percepción, conocimiento, preferencias emocionales, valores, experiencia de evaluación, la capacidad de generalizar y de evaluar opciones y muchos otros.

Los Robots en la Ultima Década

Los robots modernos aún sin AI, pueden ser muy útiles en las más variadas formas. Existen numerosos ejemplos para este criterio y sólo podemos mencionar algunos. En 1960 se construyó el primer robot verdadero, llamado SHAKEY por sus creadores del Instituto de Investigación Stanford, incorporando elementos de computación en sus componentes.

En la década del 1970 la General Motors y el M.I.T., mencionado más arriba, crearon bajo la dirección del investigador Victor Scheinmann un “brazo” motorizado que fue usado como primer robot industrial.

Normalmente, estos automatismos realizan trabajos peligrosos para un operario humano.
Desde la década del 1970 existen varias instituciones de investigación científica que se ocupan del desarrollo de robots para fines industriales. Una de estas instituciones es el Lawrence Livermore National Laboratory (LLNL).
La especialidad del LLNL es el desarrollo de equipos robóticos de control remoto, que comprende especialidades tales como sensores de materiales nucleares, templado por radiación, herramientas de desarme de materiales peligrosos y otras aplicaciones especiales que se acoplan a una plataforma móvil. Se han desarrollado en este Laboratorio las tecnologías necesarias para la navegación y traslado de las plataformas remotas específicas.

Muchos de los equipos desarrollados por LLNL están en pleno servicio desde hace más de 15 años. Entre los equipos destacados se presentan los siguientes.

ATOM (Automated Tether Operated Manipulator = manipulador automatizado operado por “cordón umbilical”).


Se trata de un equipo destinado específicamente para el control remoto en accidentes nucleares. El equipo contiene visión estereoscópica, sensores de materiales nucleares, cañón de agua, rango operativo de 6 kilómetros, autoabastecimiento energético de hasta 4 horas, dispositivos de corte abrasivo y otras herramientas necesarias para los casos previstos. Se puede considerar este tipo de equipamiento como típico para la justificación de un trabajo robótico al permitir el acercamiento operativo de la plataforma en casos en que ninguna persona puede estar expuesto a las radiaciones previstas.

Entre las características constructivas del ATOM, que fue puesto en servicio en la década del 80, figuran las siguientes.

Una arquitectura del procesador y un sistema de control de funcionamiento dual, desarrollado especialmente por LLNL y un monitor del tipo MIXM (Multiprocessor Interworked eXection Monitor) que permiten una comunicación para comando y control a través de un link serie de 9.600 baud, incorporado. El dispositivo de corte es del tipo líquido con un sistema cartesiano de tres ejes y puede ser usado en el lugar mismo de eventuales accidentes nucleares, tanto en usinas eléctricas nucleares como en otros donde materiales nucleares están involucrados. También puede ser usado para el desarme de armas nucleares o para la eliminación de minas terrestres u otros dispositivos explosivos.
El sistema de transporte de esta plataforma robótica puede ser por vía aérea por radiofrecuencia o también por medio de cables, pero siempre por control remoto.
Hoy en día, los robots son parte de la mayoría de las industrias modernas, es posible tener brazos de robot para cortar madera en aserraderos y hasta autómatas que cumplen funciones domésticas.

Por otra parte las perspectivas para equipos robóticos son impresionantes, ya que su desarrollo acompaña el progreso de equipos de computación, las exigencias de la exploración espacial y muchas otras aplicaciones de gran riesgo para el hombre o directamente imposibles para él.

Es ahí donde los robots del siglo XXI, podrán mostrar su capacidad operativa y su condición de imprescindibles en el actual desarrollo de la civilización humana.

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